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Sociedad cultural y educativa creada en 1876 en España con la intención de generar un estilo educativo independiente de los reglamentos de la enseñanza pública del Estado, que fueron muy exigentes al llegar la restauración en 1875 y exigir el Ministro de Fomento, Sr. Orovio, una sumisión intelectual al Estado de todos los centros sostenidos con fondos públicos. El grupo de profesores expedientados creó un movimiento para el ejercicio docente, que fuera también independiente de la docencia confesional de la Iglesia, que iba estableciendo una fuerte red de centros paralelos a los del Estado en la ciudades, aunque también atendía a un sin de obras sociales urbanas y rurales, en asilos, escuelas populares y servicios pedagógicos diversos.
Los promotores fueron un grupo de intelectuales preferentemente docentes universitarios: Francisco Giner de los Ríos, J. Azcárate, M. B. Cossío, Rafael M. de Labra, N. Salmerón, Julián Sanz del Río, el más activo de todos.
La neutralidad religiosa, más cerca del ateísmo que del laicismo, la hizo objeto de desconfianza y de susceptibilidades desde sus primeras actuaciones: centros docentes en Madrid y en otros lugares, Museo pedagógico, Cursos de verano, Seminarios pedagógicos, residencias, revistas, misiones pedagógicas, etc.
Y la pretendida neutralidad política la hizo poco comprendida por los poderes públicos gobernantes en cada momento, aunque entraron muchos de sus miembros en puestos claves en los momentos más liberales, sobre todo al llegar la República el 14 de Abril de 1931.
En lo metodológico y didáctico creó una gran sensibilidad y deseo de renovación, con tonos aristocráticos e inquietudes culturales sinceras. En lo ideológico desconoció la realidad social de España, orientando sus preferencias hacia los grupos intelectuales urbanos más que a la masa proletaria y rural, en un momento socioeconómico en que ésta bullía en España y sólo la Iglesia daba alguna respuesta educativa sin acertar a reclamar más justicia social y más definición en sus centros urbanos.
Por esa orientación fue prohibida su labor a partir de la guerra civil de 1936.
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Foto histórica de los intelectuales de la Institución
Hasta la transición democrática, quedó en el recuerdo como un movimiento educativo nada simpatizante de los valores cristianos, con ciertos resabios de una izquierda resentida y haciendo olvidar por ello sus excelentes méritos pedagógicos y sus aciertos educativos.
El intento de hacerla resucitar de alguna forma en los períodos de gobierno socialista o por determinados grupos liberales no ha dado especiales resultados prácticos, a no ser por el talante laicista de quienes se declararon adversarios de lo confesional y siguieron intensa oposición a las actitudes tradicionales de gran parte de la sociedad española. |
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